Semántica y Semiótica
L1.1 Lingüística.Lic. Otto Custodio. PEM en Lengua y Literatura.
Yeimy Edith Alvarez Galvez 201703794
Yaquelin Mishel Gamez Cardona 201705426
Wendy Azucena Galindo Suc 201705454
Angel De Jesus Orozco Castro 201214575
Semiótica
Se llama semiótica a
la ciencia que estudia los diversos signos que utiliza el ser humano como modo
de comunicación. Con la semiótica, que
fue creada por Ferdinand de Saussure, (lingüista y científico Francés), nos
podemos enfocar en estudiar la comunicación humana, tanto en la antigüedad como
en la actualidad.
Esta ciencia surgió en el siglo XIX, en manos de Ferdinand de
Saussure, y él la aplica un poco más allá que los signos de comunicación
directos, pues la aplica a la idiosincrasia llegando a implicar la
semiótica en aspectos como la vestimenta, la decoración o las propias
profesiones. Por lo que es claro que se requiere de cierta interpretación en la
semiótica.
Ejemplo de semiótica:
Semiótica en la vida
cotidiana.- La semiótica en la vida cotidiana tiene
muchos contextos, pero el principal es la comunicación sin texto, tal como se
puede ver en imágenes de advertencia.
El actual término
“semiótica” remite a una muy larga historia de búsquedas y exploraciones en
torno al complejo fenómeno de la significación o de las situaciones
significantes, que han desembocado en las actuales prácticas de desmontaje, de
la más diversa índole, aplicadas a distintas configuraciones culturales,
interesadas en los sistemas y mecanismos de la significación.
En
efecto, hoy en día circulan varias definiciones de semiótica que, de hecho,
corresponden a otros tantos proyectos, diversos entre sí. Para Pierre semiótica
es “la doctrina de la naturaleza esencial de las variedades fundamentales de
toda posible semiosis”. Mientras Ch. Morris define la semiótica como una
“doctrina comprehensiva de los signos”; para Humberto Eco “es una técnica de
investigación que explica de manera bastante exacta cómo funcionan la
comunicación y la significación”.
Una
cuestión importante, de acuerdo con esto es que para cada uno de estos autores,
semiótica es un acto de exploración de las raíces, condiciones y mecanismos de
la significación. Cómo está hecho el texto para que pueda decir lo que dice.
“Hacer semiótica” significa no sólo identificar los distintos componentes de la
semiosis, sino clasificar los distintos tipos de signos y analizar su
funcionamiento en sus diferentes niveles.
En resumidas cuentas, la
semiótica se ocupa de signos, sistemas de signos, acontecimientos relacionados
con el signo, procesos comunicativos, funcionamientos lingüísticos y cosas así.
Es decir, la semiótica se ocupa del lenguaje entendido tanto como la facultad
de comunicar que como el ejercicio de esa facultad. La semiótica, por tanto, se
ha ocupado de las más variadas cosas: arquitectura, cine, teatro, las modas,
las señales de tránsito, la publicidad, la literatura, el arte, los juegos, las
normas de cortesía, la televisión, los gestos, y demás de esa índole.
El aporte fundamental que
realizo con su trabajo el lingüista Ferdinand de Saussure, lingüista de origen
suizo Ferdinand de Saussure realizó enormes aportes en la semiótica. Dictó
cursos acerca del signo lingüístico y este tema lo abordó justamente desde una
perspectiva lingüística.
Saussure se oponía a la consideración del signo como una entidad unitaria que devenga en considerar a la lengua como una lista de palabras que corresponden a determinadas cosas. Su proposición es que los conceptos preceden a los signos y en este sentido es que propone que la unidad lingüística está compuesta por dos elementos, por un lado un concepto y por otra parte un significante.
Otros autores han
preferido el término semiótica para referirse al estudio de los signos, de las
estructuras y de los procesos significativos. La semiótica (o la semiología) es
más amplia que la lingüística, pues mientras aquélla se dedica al estudio de
todo lo que se constituye en signo, de cualquier manifestación comunicativa,
del lenguaje en un sentido amplio; la lingüística se dedica específicamente al
estudio de los signos lingüísticos, de esos signos que utilizamos todos los
días al hablar o al escribir, de esos signos que conforman el sistema de la
lengua, el lenguaje en sentido estricto. Sin embargo, en la práctica, estudiar
lingüística implica también de alguna manera estudiar semiótica, y viceversa.
Los
signos
Es necesario que
intentemos precisar en este momento qué se entiende por signo, ya que el
término “signo” se emplea en vocabularios y contextos muy diversos. Signo es
todo cuanto representa otra cosa en algún aspecto para alguien. Signo es lo que
puede interpretarse. En este sentido, la vida humana es inconcebible sin
signos. Humberto Eco ha escrito que los fenómenos naturales no dicen nada por
sí mismos, que se vive en un mundo de signos porque se vive en sociedad. Según
esto, los fenómenos relacionados con el signo serían característicos de los
seres que viven en sociedad, y harían parte de los códigos que rigen las
relaciones sociales, los usos sociales.
En la semiosis, no sólo se
establece una relación social o comunicativa, sino también una relación
simbólica o representativa entre signo y referente, pero de manera indirecta,
es decir, a través de un significado. La interrelación de estos tres elementos
(signo, referente y sujeto) es la base de una semiótica tridimensional, pero
desde luego el signo no es sólo algo que está en el lugar de una cosa, representándola,
sino que su representación nos permite conocer algo más. Conocemos un signo
cuando inferimos lo que él significa.
Este significado no sólo
comprende los aspectos cognitivos sino también las actitudes, los valores, las
emociones y todo tipo de connotaciones socio-afectivas y culturales.
El signo, como
representación, en realidad sólo tiene existencia en la mente de quien lo
interpreta. Por esto, los signos no se definen únicamente porque sustituyan las
cosas, sino porque funcionan realmente como instrumentos que hacen posible que
pensemos, incluso también en lo que no vemos ni tocamos. Pensar es el principal
modo de representar, e interpretar un signo es desentrañar su significado. Se
presentan estas tres definiciones con el propósito de que el concepto de signo
resulte suficientemente general, pero también claro. No obstante, conviene
tener en cuenta dos precisiones: en primer lugar, debemos entender el término
“representar” preferiblemente en su sentido primario de “hacer presente”, y no
sólo en el sentido más restringido de “sustituir o hacer las veces de”. Y en
segundo lugar, la “cosa” representada o evocada por el signo puede ser tanto un
objeto material como una idea, una propiedad de un objeto, un sentimiento, etc.
En conclusión: un signo es una representación mental, una estructura portadora
de una significación para un intérprete, que es quien realiza el paso del signo
a lo significado, haciendo operativa la conexión entre ambos.
Clases de signos
Una clasificación general
y unitaria de los signos no es viable debido a los múltiples criterios que se
pueden utilizar y que se entrecruzan. Por esta razón, se presenta una
clasificación basada en unos criterios parciales:
Según
el intérprete
-Signos humanos: las
palabras, la música, la pintura, las señales de tránsito, etc.
-Signos no humanos: la
danza de las abejas, las feromonas sexuales entre los animales, el rugido de un
león, el gruñido de un perro, etc.
Según
el ámbito en el que se dan
-Signos naturales: la
capacidad de significar procede de la naturaleza misma del significante.
Normalmente se consideran también signos naturales los signos involuntarios y
los no intencionales: el humo como efecto del fuego, la fiebre, el olor a sudor,
el llanto, una huella en el suelo, todos
los signos no humanos, etc.
Todos estos signos tienen con lo
significado (el referente) una relación puramente natural sin embargo,
recordemos que Humberto Eco ha escrito que los fenómenos naturales no dicen
nada por sí mismos.
Signos culturales: son producto de la
creación cultural del hombre y, por lo tanto, implican una intencionalidad significa
de parte del emisor y una actividad descodificadora de parte de un
destinatario. Estos signos constituyen códigos. Los signos culturales también
reciben el nombre de signos artificiales o convencionales y, en contraste con
los naturales, su relación con lo significado es producto de un acuerdo o de
una convención establecida por las personas o por la comunidad: el olor a
loción, el color negro como símbolo del luto en la tradición cristiana, las
banderas, las palabras, las esculturas, las señales de tránsito, etc.
Según
su estructura
-Signos verbales: estos
signos constituyen un sistema con posibilidades de combinación en dos
dimensiones. La primera dimensión corresponde al medio material de su expresión
(sonidos o letras) y la segunda corresponde a su significación. Por lo tanto,
son signos verbales no sólo los del lenguaje oral, sino también los del
lenguaje escrito. Todos los signos no humanos son signos no verbales, pero es
claro que no todos los signos humanos son signos verbales. En estos signos
verbales ubicamos el signo lingüístico.
-Signos no verbales: Son
signos que carecen de las características que hemos atribuido a los signos
verbales, es decir, son signos que no se articulan en dos dimensiones. Por
ejemplo: la música, los movimientos de las manos de los sordomudos, las
banderas, la forma de vestir, todos los signos no humanos, etc.
Según
su relación con lo significado (referente)
Siguiendo la clasificación
de Charles Peirce, comúnmente aceptada, Humberto Eco distingue desde este punto
de vista tres tipos o clases principales de signos:
-Íconos: son signos cuya
relación con el objeto que designan o evocan se basa en la semejanza figurativa
o exterior, o en la igualdad de distribución de sus partes: un cuadro realista,
una imagen, una fotografía, un mapa, un diagrama, etc. Un signo icónico alude
con precisión a un solo referente. Para Eco, el signo icónico surge de los
rasgos seleccionados por una cultura para identificar determinado objeto o
concepto.
Su relación con el referente se da
precisamente a través de esa percepción cultural que se tiene de éste. Así
pues, se trata de una representación de segundo orden.
-Índices: los índices, o
signos deícticos, apuntan físicamente a su objeto, están afectados
inmediatamente por él y guardan cierta conexión físico-espacial con el objeto
al cual señalan: indicar con el dedo, y también muchas expresiones
lingüísticas: yo, tú, él, acá, allá, éste, ése, aquél, etc. También son índices
algunos signos naturales: el humo, la fiebre, el olor a sudor.
-Símbolos: en estos signos
la relación que une al signo con su referente es el resultado de una
convención, pues ni tienen semejanza con su objeto ni tampoco una conexión
física inmediata con él. Esto quiere decir que la relación del signo con lo
significado es arbitraria, es una representación netamente convencional, basada
en una convención social: las banderas, el papel moneda, la balanza como
símbolo de la justicia, la paloma como símbolo de la paz, el color blanco como
símbolo de la pureza, la gran mayoría de las palabras, etc.
Uso en Semiótica
La semiótica es la disciplina que tiene como objeto
de estudio al signo. Puede afirmarse la tesis de la imposibilidad de pensar sin
signos, donde pensamiento y lenguaje se igualan. Desde esta perspectiva, todo
acto de pensamiento puede ser considerado como acto semiótico.
La semiótica es una disciplina que se constituye siempre como un
discurso sobre los sistemas significativos a los que ella misma no puede
modificar. Es decir, todo discurso semiótico es siempre un metalenguaje
respecto a un lenguaje objeto. Metalenguaje que, desde luego, intenta analizar
los códigos semióticos y los procesos significativos, las formas y los
contenidos del lenguaje objeto y que lógicamente deben estar constituidos para
poder ser analizados.
La pretensión de que a través de algunos instrumentos
"semiótico" se podrá interpretar de una mejor manera ciertos textos,
no toma en cuenta que su discurso tiene relaciones metalingüísticas con el
texto en el sentido de la tipología propuesta. Todo discurso tendiente a
determinar la interpretación de signos adquiere una relación metalingüística
que es capaz de establecer un nuevo sentido a los propios signos por lo que
puede cambiar el código -en el sentido semiótico - del propio texto al que se
refiere, -es decir, puede modificar el sistema en el que se establecen las
interrelaciones entre signos-. La interpretación de signos es siempre un arte
que se puede desarrollar con diversas técnicas, sean éstas tradicionales o
novedosas.
Pretender calificar como actividad del "semiótico" (versado en
disciplina semiótica) todo acto de atribución de significado, significa elevar
a la categoría de "semiótico" (versado en disciplina semiótica) a
todo miembro del género humano, ya que sólo es posible pensar a través de
signos. En esta perspectiva todo hombre y toda mujer que haya existido es un
"semiótico" (versado en disciplina semiótica). Resulta evidente que
este calificativo antes que ayudar confunde.
Semántica
La parte
de la semiótica que estudia las relaciones entre significantes y significados
es la semántica. Se llama así a la rama de la lingüística que se ocupa de
estudiar el significado tanto de las palabras, como de los enunciados y de las
oraciones.
¿Qué es Semántica?
Se denomina como semántica a
la ciencia lingüística que estudia el significado
de las palabras y expresiones, es decir, lo que las
palabras quieren decir cuando hablamos o escribimos.
La finalidad de la semántica es descomponer
el significado en unidades más pequeñas, llamadas semas o rasgos semánticos,
estos permiten segmentar el significado de las palabras, y diferenciar palabras
de significado parecido y palabras de significado opuesto.
Por otro lado, la
semántica lingüística se encarga de estudiar la denotación y
connotación de las palabras, cuando el mensaje se expresa objetivamente, se
dice que su significa es denotativo y, cuando a la comunicación objetiva se le
añade alguna valoración personal mediante gestos o entonación, se habla de que
su significado es connotativo.
El estudio de las palabras puede estar dividido de
la siguiente manera:
La homonimia
Decimos que dos palabras son homónimas si su
significante es el mismo; es decir, están compuestas por los mismos
fonemas, o su realización fonética coincide. No se trata, pues de relación
entre significados.
La relación homonimia más habitual se produce entre
palabras de distinta categoría gramatical:
·
Vino : sustantivo, masculino, singular
·
Vino: tercera persona del singular del pretérito
indefinido, del verbo venir
Pero
también se produce en palabras de la misma categoría. Se da en
aquellos casos en que el significado de las palabras no tiene ninguna relación,
porque proceden de étimos distintos.
·
Hinojo: "planta medicinal” (finoculum)
·
Hinojo: “rodilla” (genuculum )
Dentro
del concepto general de homonimia, se pueden distinguir:
Palabras homógrafas: tienen las mismas grafías y los mismos sonidos
·
haya: "árbol"
·
haya: "primera/tercera
pers. sing. presente de subj. de haber"
Palabras homófonas: tienen los mismos sonidos, pero distinta grafía.
·
Aya: "criada"
·
halla: "segunda
pers. sing. Imperativo verbo hallar”.
Todas
ellas son, por supuesto, homónimas. Las dos primeras son homógrafas. Las dos
últimas son homófonas, entre sí, y respecto a las anteriores.
Monosemia
Es la
relación habitual que existe entre el significado y el significante en una
palabra. A un significante se
corresponde un solo significado.
Por
ejemplo, la palabra lapicero expresa
un referente que sólo puede ser evocado mediante ese significante.
Polisemia
Una palabra
es polisémica cuando podemos expresar con ella varios significados. O, dicho de
otra forma: un significante puede
tener varios significados . La polisemia se distingue de la
homonimia en que se trata de una relación entre los dos planos del signo lingüístico:
los diferentes significados de una palabra tienen, o han tenido, un origen
común.
·
Araña: 'animal'/'lámpara'
·
Espada: 'instrumento'/'matador de toros.'
La
polisemia es uno de los mecanismos más eficaces de economía lingüística, pues
permite expresar varios significados con un único significante.
Sinonimia
Dos o más
palabras son sinónimas si tienen el mismo significado. Es decir, la sinonimia
consiste en la igualdad de
significado, cuando existen diferentes significantes. Algunos lingüistas
niegan la sinonimia, pues en realidad no habría dos palabras con un significado
totalmente exacto. O, cuando menos, sería prácticamente imposible encontrar
palabras con el mismo significado teniendo en cuenta todas sus acepciones y
contextos en los que podría aparecer. Por ello, se pueden distinguir diversas
formas en que puede presentarse la sinonimia:
Sinonimia conceptual: los
significados denotativos son plenamente coincidentes. Ej: listo=inteligente
Sinonimia
connotativa: puede, en
ocasiones, no haber coincidencia denotativa; sin embargo, esto no impediría que
se consideren sinónimos por los valores connotativos que encierran. Ej:
listo=zorro
Sinonimia
contextual: en
determinados contextos, se pueden establecer ciertas sinonimias que serían
impensables en otros. Ej: listo=preparado, en contextos como ¿Estás listo?
Cada
lengua expresa una visión del mundo diferente, aunque el mundo sea el mismo
para todos. Ello obedece a que el significado de las palabras no se establece
de una manera arbitraria.
Todo
significado está constituido por una serie de notas significativas que aluden a
su referente, y que pueden servir para diferenciar unas palabras de otras:
reciben el nombre de semas. El
conjunto de todos los semas de una palabra es el significado o semema.
Evidentemente,
los sememas aluden siempre a los referentes, pero no se identifican con ellos.
Las palabras no son las cosas, sino la forma de referirse a ellas.
Es
posible descubrir una estructuración lingüística también dentro de los
significados. De ahí nace el concepto de campo semántico: es un
conjunto de palabras que tienen un sema común, entre las cuales se
pueden establecer diversos tipos de relaciones. Cuando el grupo de
palabras se refiere a un sema común se habla de que forman una familia semántica.
En este
punto es importante recordar que cada lengua posee su propia forma de estructuración
de sus campos semánticos.
Ciertos
factores contribuyen a esta estructuración. Los más estudiados son los que se
verán a continuación.
Hiperonimia
e hiponimia
Llamamos
hiperónimo a la palabra cuyo significado abarca al de otras, que se conocen como
hipónimos. Los hipónimos a los que se refiere una palabra son, entre sí,
cohipónimos.
Se pueden
distinguir:
Relaciones
de inclusión: Un
conjunto de palabras puede estar englobado dentro de otra palabra que las
incluya a todas.
Hiperónimo
|
Hipónimos
|
|
Flor
|
Clavel
|
Cohipónimos
|
Rosa
|
||
Margarita
|
Relaciones
lineales. En otros
casos, se establecen relaciones de sucesión. Así sucede, por ejemplo, con los
nombres de los meses o los días: Enero, Febrero,... Diciembre; lunes,
martes,..., domingo.
Hiperónimo
|
Hipónimos
|
|
Día
|
Lunes
|
Cohipónimos
|
Martes
|
||
Miércoles
|
Valores
expresivos del significado
El
significado puede convertirse en un elemento de máxima efectividad expresiva.
Si tenemos en cuenta los elementos de la comunicación, la situación
comunicativa nos va aclarar el significado de muchas palabras. Pero a veces, el
contexto referencial hará que surjan significados nuevos, que antes no estaban
presentes.
Tenemos
que tener en cuenta que toda palabra tiene un significado denotativo y un
significado connotativo. Las connotaciones pueden ser positivas o negativas,
siempre dependiendo del hablante que las considere.
Cuando
una palabra tiene mayoritariamente connotaciones positivas, las llamamos palabras-ronroneo;
frente a las palabras-gruñido. Democracia sería una
palabra-ronroneo; frente a dictadura, palabra-gruñido
Ahora
bien, hay palabras consideradas negativamente por todos. Se produce, entonces,
el fenómeno que se conoce como tabú. Con esta palabra se designa lo
prohibido en una lengua polisemica donde se toma.
Palabras
tabú son aquellas que no pronunciamos, porque tienen una carga connotativa
despectiva. Se sustituyen por otras palabras que designan la misma realidad,
pero sin esas connotaciones peyorativas.
Sintaxis
La sintaxis tiene como función ofrecer pautas o normas para
crear oraciones de forma coherente, con el objetivo de expresar o enunciar el
significado correcto de las palabras, pudiendo ser supervisado por la ciencia
lingüística semántica que como bien se identificó anteriormente se encarga de
estudiar el significado de las palabras; estudia
las relaciones de los significantes entre sí:
coordinación
– coherencia,
gramática
– lenguaje,
relación
de un signo con otro a partir de…
Existen varias relaciones de sintaxis:
Pragmática
A la
parte de la semiótica que se encarga de estudiar las relaciones entre
significantes y usuarios se le llama pragmática y, en efecto, estudia el empleo
de los signos por los seres humanos en sus diferentes maneras de relacionarse:
signo – intérprete
o sujeto.
Denotación
Corresponde
al momento de la captación de los elementos constitutivos de los signos, los
significantes, los significados, los datos comunicados, su cohesión
referencial, todo aquello que abarca el signo en cuanto a su estructura.
Connotación
Va más
allá de la denotación. Tiene significados agregados o símbolos añadidos. Usa
metáforas, captura valoraciones personales y subjetivas.
Morfológica
La
morfología es la disciplina lingüística encargada de estudiar la forma y las
combinaciones de los componentes internos de las palabras. La morfología
estudia a través de los monemas y, estos se dividen en: lexemas y morfemas.
Los
lexemas aportan el significado léxico a la palabra, esto es, la raíz de los
sustantivos, verbos, adjetivos y adverbios, por ejemplo: panadero, el lexema es
pan, azulado el lexema es azul. Por su parte, los morfemas aportan el
significado gramatical, como: los artículos determinantes, preposiciones,
conjunciones, desinencias o afijos.
Sintáctica
La
función sintáctica es el tipo de relación que se establece entre las distintas
clases de sintagmas.
Las funciones sintácticas pueden
clasificarse en 3 categorías:
· Primarias,
sujeto y predicado.
· Secundarias,
desempeñadas por los complementos verbales.
· Terciarias,
inciden en las secundarias, es decir, complemento del nombre, complemento del
adjetivo, complemento del adverbio.
Léxica y
estructural
La
semántica léxica consiste en el estudio de las palabras sin ningún tipo de
vinculación con el contexto en donde se desenvuelve. Por su parte, la semántica
estructural, tal como lo indica su nombre consiste en construir y analizar las
unidades elementales para comprender tales significados.
Generativa
En
la teoría lingüística generativa, la semántica es el componente de la gramática
que interpreta la significación de los enunciados generados por la sintaxis y
el léxico. Pues bien, la semántica generativa es la teoría lingüística que
proviene de la gramática generativa, y establece que toda oración realizada
procede, por transformaciones, de una estructura semántica y no sintáctica.
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