Lexicología y Lexicografía



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Departamento de letras – Jornada nocturna.


L1.1 Lingüística.Lic. Otto Custodio. PEM en Lengua y Literatura.

Elva Marina Dieguez Rogel             9317281
Lisbeth Esmeralda Toj Jucub           200919315
Gladis Patricia Hernández Osoy      201411031
José Ramiro Roldán Rodas            201315637
Julio Saúl Paniagua Martínez         201406221
Josué David Galicia Ardón            201705683



Lexicología

La lexicología, es la ciencia que estudia el léxico de una lengua, es decir, el conjunto de palabras de una lengua, su estructura, a partir de su forma (de su significante) y las transformaciones que en ella va sufriendo. Toda lengua posee un tesoro de términos léxicos, recogidos hoy en el Diccionario de la Lengua, a disposición de todos los individuos hablantes de una comunidad lingüística. Su unidad mínima es el lexema. (Piñero, 2009: 1).
En la anterior definición de esta rama de la lingüística, al decir que la unidad de estudio de la lexicología es el léxico y que en la parte mínima estudia el lexema, se puede empezar percibir que la lexicología está vinculada con otras ramas de la lingüística. En la siguiente definición sobre los objetivos de estudio de esta rama se termina de comprender que la morfología no es la única rama de la lingüística con la que está relacionada la lexicología, también se encuentra muy vinculada obviamente a la lexicografía, pero es de suma importancia mencionar que tiene mucha relación con la semántica.

Objeto de estudio
Tiene como objetivos básicos: describir el significado de las palabras y elaborar propuestas sobre cómo se codifica; explicar los casos en que una misma secuencia de sonidos (y grafías) tiene más de un significado; establecer y analizar las relaciones de significado que mantienen las palabras y las clases léxicas que conforman; y dar cuenta de los procesos que desencadenan cambios en el significado de las palabras. (De Miguel, 2009: 1).
La unidad de estudio de la lexicología primordialmente es el léxico, que está compuesto a su vez por unidades léxicas, mejor conocidas como palabras; la lexicología analiza entonces la palabra y el conjunto de palabras de una lengua, junto con todos los hechos que implica esta misma (su creación, su utilización, su percepción, entre otros, por parte de una comunidad lingüística.)
La labor del lexicólogo ha ido variando a lo largo de la historia de los estudios lingüísticos, en consonancia con el área de estudio atribuida, en función de las unidades y los fenómenos que ha considerado objeto de su interés, y fundamentalmente, como consecuencia de los principios en que ha fundado su estudio y los métodos que ha utilizado para llevarlo a cabo. (De Miguel, 2009: 2).
El léxico de una lengua y las palabras que lo conforman, en este caso el español y la mayoría de las lenguas romances, ha sido objeto de estudio desde varios puntos de vista, por cantidad de autores, que en parte tienen mucha relación entre sí.

Etimología, cambio léxico y semántico, y variación. 
Antes de que la lingüística se constituyera como disciplina científica, el estudio del léxico se ocupaba fundamentalmente del origen de las palabras y de cómo surgen nuevas palabras y nuevos significados en la historia de las lenguas: en el siglo XIX la lexicología constituía una aproximación diacrónica a la etimología, el cambio léxico y el cambio semántico. (De Miguel, 2009: 2).

La etimología           
En concreto, la etimología analiza como una palabra se incorpora a un idioma, cuál es su fuente y cómo varían sus formas y significados con el paso del tiempo.  La lingüística comparativa permite reconstruir la historia de aquellas lenguas antiguas que no dejaron registros directos, como textos escritos, por ejemplo la etimología, en estos casos, se basa en los conocimientos aportados por la lingüística comparativa para inferir cuestiones relacionadas en el vocabulario.

Un cambio léxico es un cambio en el volumen del léxico de una lengua. El vocabulario disminuye si se produce una pérdida léxica, esto es, si una palabra deja de usarse por completo o pervive como un uso arcaico, literario o restringido a una zona geográfica. El léxico aumenta si se produce una incorporación o neología, es decir, si se crea una nueva palabra por medio de un proceso de formación de palabras propio de la lengua o si se toma de otra lengua, con adaptación fonética y ortográfica o sin ella. (De Miguel, 2009: 2).

Un cambio semántico es un cambio en el significado de una palabra, que adopta un significado nuevo o pierde uno previo. Cuando una palabra cambia de significado porque adopta uno nuevo no pierde por lo general el que tenía previamente, de modo que muchas palabras son polisémicas. (De Miguel, 2009: 2).

Existen tres tipos de cambios que están muy ligados a la semántica; estos cambios son los siguientes:

El cambio que experimentan las palabras en el espacio se conoce como variación dialectal; variación diastrática es la que manifiesta el léxico en los distintos niveles socio cultural y, típicamente, en los lenguajes especializados y variación diafásica es la que se observa en los distintos registros. (De Miguel, 2009: 3).

Estos puntos de estudio de la lengua surgieron durante siglo XVIII y siglo XIX siendo su resultado la filología y la gramática comparativa. Se empieza a indagar en la historia de las lenguas, principalmente las europeas, y también se  trata de rastrear el origen de las palabras y, como es que han ido variando en varios aspectos con el transcurso del tiempo. Durante esta época también surge una propuesta por parte de la Escuela Neogramática, que proponía una supuesta lengua original: el protoindoeuropeo.    
  
Como disciplina teórica: el enfoque de inspiración estructural. Con la aparición del estructuralismo en el panorama de la lingüística europea, el estudio del léxico adquiere un estatus nuevo durante la primera mitad del siglo XX. Sus presupuestos y métodos configuran una disciplina teórica autónoma, bautizada por Coseriu como lexemática estructural. La unidad del léxico es ahora el lexema, que se materializa en el habla como palabra: así, comió y comía son dos palabras que materializan un único lexema comer. El lexema consta de rasgos distintivos: los semas, elementos mínimos de contenido que permiten establecer oposiciones entre unidades léxicas. (De Miguel, 2009: 3).
Para Saussure, fundador del estructuralismo, la lengua tiene una función social; así el lexema forma parte de un sistema, que es la lengua y que al parecer de la presente investigación, no abandona totalmente los rasgos de una escuela comparativa, sino que los hace parte del estructuralismo pero, limitándolos porque para Saussure fue más importante la sincronía para normalizar y estructurar la lengua.

Los lexemas forman grupos o campos en virtud de esas relaciones. Un campo léxico es el conjunto de lexemas relacionados por un contenido común y opuestos por rasgos distintivos mínimos o semas. Se llama archilexema al lexema que representa todo el contenido de un campo léxico. (De Miguel, 2009: 4).

Las palabras y su origen
El español o castellano es una lengua románica. La mayor parte de sus palabras proceden del latín. Algunas han ido evolucionando a lo largo del tiempo; otras, han mantenido la misma forma latina; también hay palabras que se han tomado de otras lenguas y las que han sido creadas por el procedimiento de formación de las palabras. (Piñero, 2009: 1).

Clasificación de las palabras según su origen. [1]
Palabras patrimoniales: son las palabras procedentes del latín y que han ido evolucionando a lo largo de la historia. Ej.: OCULUM > oclo> ollo> oyo> ojo.

Cultismos: son las palabras procedentes del latín y que han mantenido la misma forma latina, porque han entrado en el castellano en distintas épocas y no han experimentado la evolución y transformación propia del léxico patrimonial.
Ej.: CALIDUM > cálido

Semicultismos: es una palabra latina que no ha completado su evolución.
Ej.: SAECULUM > siglo (es un semicultismo, porque está a medio evolucionar ya que tendría que haber evolucionado a “sejo”. No se ha completado la evolución de la terminación latina que provoca la aparición de la consonante j castellana.

Dobletes: se produce cuando una misma palabra latina da en español una palabra patrimonial y otra culta o semiculta.
Ej.: STRICTUM > estricto (cultismo) y estrecho (palabra patrimonial)
COLLOCARE > colocar (cultismo) y colgar (patrimonial)

Latinismos: palabras o expresiones latinas que mantienen la misma forma que en el latín sin experimentar ningún cambio. Son palabras o expresiones que aún hoy se emplean en el habla culta.
Ej.: GROSSO MODO (sin detalle), IPSO FACTO (en el mismo hecho, inmediatamente), MOTU PROPRIO (por propia iniciativa), MEMORÁNDUM (lo que hay que recordar), VOX PÓPULI (voz del pueblo. Conocido por todo el mundo), etc.

Arcaísmos: son palabras o expresiones que caen en desuso y dejan de utilizarse en la conversación cotidiana porque se pasan de moda o porque deja de usarse su referente, siendo sustituidas por otras que tienen más éxito en el contexto social. (Ej.: maravedí, real, peseta, duro, etc., ya son arcaísmos. Las palabras “dandy”, “finolis”, “panoli”, se utilizaban mucho a principios del siglo XX y ahora ya no).

Neologismos: es un nombre genérico que significa “palabra nueva” y lo aplicamos a las innovaciones léxicas que se van produciendo en una lengua, bien por préstamo o bien por creación de la propia lengua mediante sus procedimientos lingüísticos (derivación, composición, siglación, acronimia).

Préstamos: son palabras que el español ha incorporado de otras lenguas con posterioridad al latín.   

Existen distintos procedimientos para la incorporación de préstamos:
Extranjerismo o xenismo. Cuando la palabra mantiene su forma original (“show”, “parking”).

Préstamos lingüísticos. La pronunciación o la ortografía de la palabra tomada en préstamo se modifica y se adapta a la del castellano (“fútbol”, “carné”, “bistec”, etc.)

Calco semántico. Cuando una palabra ya existente “traduce” el significado de un término extranjero y amplía así su significado (“ratón”, referido al objeto para mover el cursor, traducción de la palabra inglesa “mouse”).

Existen varios tipos de préstamos:
Préstamos históricos: son las palabras incorporadas al castellano en las etapas de su formación, por lo que constituyen, junto con el latín, el fondo léxico o vocabulario fundamental. Los préstamos históricos son:

Las voces prerromanas o de sustrato, pertenecientes a las lenguas que hablaban los pueblos que vivían en la Península antes de la llegada de los romanos (218 a.C.), es decir, las más antiguas del castellano (ibero, celta, tartesio, ligur o vasco).

Los germanismos, o herencia léxica aportada por los pueblos germánicos (suevos, vándalos, alanos y, sobre todo, visigodos) que, a partir del año 409, llegaron a la Península, pertenecientes, en gran parte, al fondo común germánico.

Los arabismos, constituye el mayor caudal léxico del castellano después del latín, incorporados a partir del año 711 de la invasión musulmana. Están presentes en ámbitos muy distintos de la vida, así como en nombres de ríos y ciudades.

Préstamos de las lenguas peninsulares y de Hispanoamérica: los principales son:
Vasquismos: del vasco, la lengua prerromana más antigua de la Península, proceden izquierdo, boina, zamarra, socarrar, cachorro, y muchas más palabras.

Catalanismos: del catalán, lengua hermana del castellano, vienen palabras como anguila, calamar, rape, anís, paella, entremés, escarola, etc.

Galleguismos y lusismos: del gallego y del portugués, respectivamente, lenguas que fueron una sola hasta la Edad Moderna. Palabras como buzo, carabela, chubasco, mejillón, ostra, pleamar, vigía, saudade, etc.


Americanismos: de las lenguas indias americanas, traídas de Hispanoamérica por los españoles. Aguacate, barbacoa, batata, patata, cacao, cacahuete, cacique,… y muchas otras.

Préstamos de otras lenguas: son préstamos posteriores, de lenguas modernas europeas y no europeas:
Galicismos: los procedentes del francés. Esta lengua ha influido en el castellano desde la Edad Media (en el siglo XI entraron galicismos con los peregrinos del Camino de Santiago). En el siglo XVIII, con la llegada de los Borbones a España y con las ideas ilustradas francesas, entraron muchos galicismos con la cultura y la moda. Otros son más modernos. Son galicismos palabras como jardín, garaje, autobús, bidé, bricolaje, bujía, burocracia, buró, chófer, etc.

Germanismos (no históricos): vienen del alemán moderno. Ejemplos: brindis, cuarzo, vals, vatio, vermú o vermut, etc. En general, son mucho menos numerosos y frecuentes que los anteriores.

Anglicismos: del inglés. Actualmente son los más numerosos en todos los campos, debido a los avances tecnológicos y a otros factores de tipo económico y cultural. El español está incorporando abundantes anglicismos, especialmente en el vocabulario del deporte, de la economía y el mundo de los negocios y de la informática.



Procedimientos de formación de las palabras en el castellano[2]

Derivación: por este procedimiento se forman las palabras derivadas, que se han formado añadiendo prefijos al lexema (prefijación), añadiendo sufijos (sufijación, el procedimiento más empleado).

Composición: consiste en la creación de una palabra nueva a partir de la unión de dos o más lexemas ya existentes. Son las palabras compuestas. Hay varios tipos de compuestos:
Yuxtapuestos: formados por dos o más palabras fundidas gráfica y fonéticamente. Ej.: portavoz, hazmerreír, paraguas.

Sintagmáticos: creados por la unión de dos palabras separadas y sin nexo. Ej. llave inglesa, sofá cama, contestador automático, niño prodigio, tercer mundo, etc.

Preposicionales: formados por dos palabras unidas mediante una preposición. Ej.: orden del día, olla a presión, mal de ojo, cuarto de baño, etc.

Compuestos cultos: creados a partir de palabras griegas y latinas, o bien los formados por una palabra griega o latina y una castellana. Ej.: aerotransportar, encefalograma, cefalópodo, podólogo, autodidacta, cronología, poligamia, neologismo, astronomía, telepatía, etc.

Parasíntesis: es un procedimiento de formación de palabras en el que se dan de forma simultánea prefijación y sufijación, (por ejemplo, en la palabra desalmado, no se puede quitar ni el prefijo ni el sufijo).

Siglación: formación de palabras mediante siglas, es decir, uniendo las letras iniciales de un grupo de palabras. Ej.: AVE (Alta Velocidad Española), NIF (Número de Identificación Fiscal), ONG (Organización No Gubernamental), ONU (Organización de las Naciones Unidas), RAE (Real Academia Española).

Acronimía: es la formación de una palabra nueva a partir de la fusión del fragmento inicial de una palabra y el final de otra. Los acrónimos son frecuentes en el discurso de la publicidad y el comercio.
Son acrónimos: autobús (= automóvil + ómnibus), bonobús (= bono + autobús), cantautor (= cantante + autor), frontenis (= frontón + tenis), informática (= información + automática), etc.

Abreviatura: una abreviatura es la reducción gráfica de una palabra o un grupo de palabras suprimiendo la mayor parte de sus letras.
Ej.: Avda. = avenida, c/c = cuenta corriente, Dr. = Doctor, Sr. = Señor, etc.

Acortamiento: es la creación de una palabra nueva a partir de la pérdida de las sílabas iniciales o finales de otra palabra. En la actualidad, debido a la tendencia a la economía en el uso del lenguaje, los acortamientos son muy frecuentes, especialmente en el habla coloquial y juvenil.

Onomatopeya: son palabras que recuerdan con su sonido el significado que designan. Ej.: guau, miau, susurrar, murmullo, etc.

Relación con otras ramas lingüísticas
Para comprender de manera clara la relación que existe entre la lexicología y otras ramas de la lingüística, dejando de lado que hay que indagar en las demás ramas de esta ciencia para comprender, hay que tener presente cinco aspectos que se dan en una lengua y que al darse estos aspectos, sucede una relación entre las diversas ramas de la lingüística:
1.  La creación y formación de las palabras en una lengua.
2. La variedad de fenómenos que pueden ocurrir en el léxico de una lengua.
3.Las bases semánticas y fundamentos epistemológicos de la terminología y los lenguajes especializados; en otras palabras, por qué y con qué sentido se utiliza una palabra dentro de un sistema de lengua.
4. La relación que hay entre el léxico y la sintaxis.
5. La definición y caracterización de los diferentes tipos de unidades fraseológicas.

En el primer aspecto se puede vincular la lexicología con la morfología, ya que uno de los objetivos de estudio de la morfología es, la misma creación y formación de las palabras.
En el segundo aspecto se puede vincular la lexicología con, prácticamente, todas las ramas de la lingüística, tal vez no con todas con un lazo tan remarcado como lo tiene con la lexicografía, la morfología y la semántica pero si relacionada con todas las ramas. Ejemplo, al darse el fenómeno de la homonimia, una palabra puede vincularse con la gramática, con la fonología, con la semántica, con la lexicología, con la lexicografía y con la morfología.
El tercer aspecto está muy vinculado a la semántica; al estar vinculada la lexicología con la semántica se entiende como utilizar una palabra en un sistema de lengua.
El cuarto aspecto vincula la sintaxis, la semántica y la lexicología, ya que la sintaxis estudia conjuntos sintácticos desde los más mínimos hasta los más amplios.
El quinto aspecto vincula a la lexicología con la semántica. Se puede comprender mejor con estudios especializados dentro de la disciplina de la lexicología. 
La lexicología es la disciplina que el significado de las unidades léxicas de una lengua y las relaciones sistemáticas que se establecen entre ellas en virtud de su significado.

Lexicografía


La RAE define lexicografía como la parte de la lingüística que estudia los principios teóricos en que se basa la composición de diccionarios. Esta palabra viene del griego Lexikos, relativo a la palabra y gráphos, escribir, grabar. 


La actividad de armar diccionarios tiene antecedentes desde el siglo III a. C., se dice que un documento griego de dicha época contiene un glosario de las obras homéricas, La Ilíada y La Odisea, la cual, especulando, posiblemente fue utilizada para la mejor comprensión de estas epopeyas. También se dice que unas tablillas asirias del siglo VIII a. C. podrían tener carácter lexicográfico.

Respecto a la lexicografía en la lengua española, se puede hacer mención que uno de los primeros indicios de diccionarios en este idioma data de entre el siglo X y XI, ese documento se conoce como las Glosas Emilianenses, que son varias anotaciones en latín y en lenguas romances anteriores al español, en las que se trata de explicar el significado de alguna palabras contenidas en un códice latino llamado Aemilianensis 60, en el Monasterio de San Millán de la Cogolla (Millán o Emiliano vienen del latín Aemilianensis, de ahí el nombre de dichas glosas); de ahí viene la palabra glosario. Glosa proviene del latín glossa que quiere decir palabra oscura, haciendo referencia al desconocimiento del significado o concepto de ciertas palabras.

Durante la edad media, el uso de estos glosarios aumentó debido a la necesidad de estudiar mejor los textos en latín que los sacerdotes poseían, aquí también se dieron las traducciones y definiciones de palabras latinas a las lenguas romances. Fue durante el Renacimiento que estos textos proliferaron, esto gracias a que en esa época se pretendía que el conocimiento se expandiera y dejara de estar limitado a las personas que conocían el latín; también se publicaron diccionarios bilingües,  latín-español.

Pero fue cuando el humanista y gramático español Elio Antonio de Nebrija (1441-1552) publica textos como la gramática castellana, considerada la primera gramática en lengua vulgar y el Vocabularium, que comienza a formalizarse la lexicografía, este último texto comprende de dos volúmenes de diccionarios hispano-latinos. También publicó las Reglas de la ortografía castellana.

Otro personaje importante es Sebastián de Cobarrubias, capellán de Felipe II y canónigo de la catedral de Cuenca, fue un curioso personaje, humanista, políglota y hombre de letras. En 1605 y en los ratos que le dejaban sus ocupaciones se puso a escribir el Tesoro de la Lengua Castellana o española, considerado primer diccionario de nuestro idioma. Para culminar tan magna obra empleó más de cinco años, a razón de seis entradas diarias que escribía en riguroso orden alfabético. Un ejemplo de amor al conocimiento y las letras.

Entre los siglos XVI y XVIII, surgieron distintas asociaciones interesadas en sus respectivas lenguas, de estas surgió la lexicografía monolingüe. Entre dichas academias se puede mencionar:

· Italia: Accademia della Crusca, 1583.

· Francia: Académie française, 1635.

· España: Real Academia Española, 1713.

· Portugal: Academia das Ciências de Lisboa, 1779.

Fue a mediados del siglo XX plantearon darle más seriedad a la lexicografía, poniéndola al mismo nivel que otras ramas de la lingüística, cambiándole la cualidad de “arte u oficio” para nombrarla una ciencia.

Concepto de lexicografía
Si se atiende al sentido restringido de lexicografía, esto es, el de "arte o técnica de componer léxicos o diccionarios".

El escaso si no nulo interés que la lingüística mostraba por el hecho lexicográfico en sí, en particular durante la coyuntura de los cincuenta, determinó, a no dudar, una tal situación: la lingüística se quería ante todo una ciencia, y el diccionario para ella no era más que el resultado de una actividad artesanal. Ante la carencia de un dialogo efectivo con 10 lexicógrafos, la lingüística llega incluso a contestar el carácter científico de la lexicografía; posición extrema ésta, que, pronto hubo de ser revisada, máxime cuando los lingüistas lexicólogos, a falta de mejores informaciones sobre el conjunto del léxico, se vieron obligados a acudir a la nomenclatura de los diccionarios para determinar el estatuto de la unidad léxica.

La actividad lexicográfica sufrió pues en épocas pasadas recientes un tratamiento doblemente desfavorable. Por una parte, y por contar con un pasado multisecular que se remonta a los orígenes de las civilizaciones más antiguas, la lexicografía no ofrecía el interés de la novedad; y por otra, no se sabía bien en qué consistía realmente a los lexicógrafos, aunque actuaban como semantistas activos, parece que la práctica cotidiana les absorbía hasta el punto de no enunciar las premisas sobre las cuales se apoyaba su trabajo. Si a ello se añade la frecuente confusión terminológica con la lexicología al ser arnbas, lexicología y lexicografía, disciplinas lingüísticas que dan cuenta del léxico tendremos algunas de las claves que permiten explicar la dilación incluso de los propios lexicógrafos en asumir la relación explícita que su disciplina mantenía con la lingüística y en añadir o registrar consecuentemente junto a la entrada lexicografía y después de "arte o técnica de componer léxicos o diccionarios".

Metalexicografía
Al ampliar su tarea de designación. La noción de lexicografía ha dejado de implicar exclusivamente la realización de un diccionario. Las causas de esta ampliación/evolución cabe buscarlas tanto en el desarrollo significativa en los últimos veinte años de estudios teóricos críticos y descriptivos sobre los diccionarios, sus métodos, historia, tipología, contenidos, funciones, usos, etc. Como en la posición central que los modelos léxicos ocupan en las teorías gramaticales y en las ciencias cognitivas. Los resultados obtenidos y el interés creciente por los diccionarios, dado que son vistos como la principal vía de acceso al léxico, ha propiciado la aparición de una lexicografía teórica, llamada tarnbién metalexicografia.

La Metalexicografía, pues, participa ampliamente de la lexicología, entendida ésta como parte de la lingüística que examina las palabras. La lexicografía teórica o Metalexicografía se constituye junto a la lexicografía practica el carácter eminentemente práctico que posee la lexicografía está fuera de toda duda como un ámbito científico nuevo que circunscribe un objeto múltiple ya que su finalidad no es sólo el diccionario, sino también y fundamentalmente, la investigación que trata del diccionario. En la actualidad la metalexicografia cuenta con una metodología propia y dispone de un cierto corpus de conocimientos, así como de medios particulares de descripción de los métodos y problemas que plantea la técnica de componer diccionarios, elementos indispensables para merecer el estatuto de disciplina científica en el sentido que da a esta palabra la teoría de las ciencias.

Diccionario
El objeto del diccionario, en efecto, como el de la teoría lexicográfica, es múltiple, y de ahí que su descripción también deba serlo. Quiere ello decir que para la caracterización del diccionario es necesario apelar a modelos de variado orden, modelos, a saber, lingüísticos, extra-lingüísticos y del contexto socio-cultural y económico. Ello es lo que se obtiene con la nueva lexicografía que propone considerar el diccionario como:
1. Instrumento de comunicación al servicio de un programa informativo o didáctico determinado;

2. Conjunto documental sistematizado, puesto que debe asegurar la función catálogo que le es propia;

3. Producto técnico-comercial condicionado por las tecnologías disponibles, los medios aplicados (tipografía, informática, etc.) y por las estrategias comerciales adoptadas. El diccionario, por supuesto, es ligado a la industria del libro con todo lo que ello comporta.
Obsérvese cómo los aspectos enumerados apuntan a una caracterización externa del diccionario. A través de dichos puntos de vista se señala que el diccionario es un objeto manufacturado y comercializado, un catálogo que responde a exigencias de comunicación con una finalidad informativa y didáctica.

Discurso
Pero el diccionario no es sólo un artefacto o un producto de consumo definido por necesidades socio-culturales; el diccionario es también y, sobre todo, un texto, un discurso continuo y finito que el lexicógrafo mantiene sobre la lengua con el propósito de orientar al lector en el uso de la misma.

Hay que partir de la rnisma lengua con sus unidades, categorías y reglas para comprender los criterios de disposición y estructuración de artículos que presiden toda obra lexicográfica. Pues el diccionario se compone de artículos, esto es de textos originales y abreviados, cuya estructura mínima se concreta en una 'entrada' o palabra sujeta que se somete a análisis, y en una 'información' o 'definición'/predicación que se hace del sujeto. Como se sabe el principio y fin de todo trabajo de lexicografía monolingüe consiste en informar de lo que contiene la entrada. El diccionario de lengua aporta pues información explicita (gramatical, semántica, general...) sobre la lengua, materializada en las palabras -la 'entrada'-, y también información implícita, plasmada ésta en las intenciones fundamentalmente pedagógicas asumidas por los lexicógrafos y reflejadas en el interior de sus obras.

Un corolario de lo dicho hasta aquí es que el diccionario tiene un valor de uso, el diccionario como obra de consulta instruye, es útil; su carácter instrumental es incontestable y se ha hecho patente a lo largo de la historia de la lexicografía. Surgido de un propósito eminentemente didáctico, propósito que ha conservado intacto a través del tiempo, el diccionario posee una dimensión de significación propia que le caracteriza frente a otros discursos como un discurso pedagógico. El discurso lexicográfico es un discurso específico ceñido por sus rasgos y funciones inherentes, a los cañones que la retórica clásica exige al discurso pedagógico.

Es preciso subrayar la especificidad del discurso lexicográfico, y  sugerir la posibilidad de reflexionar en profundidad sobre el diccionario de lengua a partir de la redefinición del concepto de lexicología.

Tipos de diccionarios

Diccionario de la lengua: tiene la finalidad de exponer de manera breve el significado de las palabras que conforman una lengua específica.

Diccionario etimológico: son aquellos que brindan datos acerca del origen de los vocablos propios de una lengua.

Diccionario de sinónimos y antónimos: este tipo de diccionario tiene la particularidad de vincular palabras tanto de significado análogo (sinónimos) como opuesto (antónimos).

Diccionario de idiomas: estos incluyen las palabras de significado semejante en un idioma distinto.

Diccionario especializado: contiene términos que se engloban dentro de un campo de estudio específico. Aportan información acerca del significado que estas palabras tienen en el área que se utilizan. Por ejemplo, diccionarios de informática, computación, etc.

Diccionario inverso o de rimas: los diccionarios inversos tienen la peculiaridad de estar organizados de manera alfabética de acuerdo a las últimas letras de cada vocablo, no las primeras, como de costumbre. De esta manera, su propósito consiste en facilitar la búsqueda de palabras que rimen con otras. Algunos de estos diccionarios no contienen el significado de los términos.

Diccionario de gramática: esta clase de diccionarios incluyen estructuras gramaticales. Su finalidad es simplificar el aprendizaje de un idioma extranjero, a través de la consulta sobre el significado o la construcción de una determinada estructura.

Diccionario de uso práctico: reciben esta denominación debido a que contienen términos que no son reconocidos por el órgano correspondiente a tal fin, pero que sin embargo, son empleadas por la mayor parte de la sociedad.

Relación entre lexicología y lexicografía
Estas dos comparten unas relaciones de sentido.

  • Sinonimia: todos sus significados sean idénticos coincidan en denotación y connotación, tengan la misma distribución.
  • Antonimia: es una relación semántica de oposición, los antónimos se expresan en grados diferentes. ejemplo Alto- Bajo.
  • Complementariedad: es considerada como un tipo de antonimia pero no es radical. En la complementariedad la afirmación de un significado implica la negación de otro. (vivo- muerto)
  • Reciprocidad: también se considera un tipo de antonimia, pero la relación entre termino no es gradual y aquí hay una interdependencia entre los dos significados ( comprar- vender)
  • Hipertermia: un término A es hipónimo de un término B, si todos los miembros que forman la extensión de A son miembros de la ext. de B ( Manzana - fruta)
  • En primer lugar la lexicografía es práctica, consiste en una serie de metodologías- aquí citaré solo una, las entrevistas. En la lexicología predomina la teorización, por ello de que ésta sea teórica.
  • La lexicografía es atomista, estudia la palabra de forma aislada. La lexicología se la concibe como sistemática, por que estudia las relaciones de palabras. Predomina más en esta el campo de la significación.
  • La lexicografía es analista, la lexicología es sintética, por que va de lo concreto a lo general.
Objeto de estudio común:

Las dos disciplinas tienen como objetivo estudiar el léxico, en un principio científico.

Diferencia en cuanto a la metodología:
En cuanto a su forma de proceder la lexicología y la lexicografía se diferencian básicamente de tres maneras.

  • En primer lugar la lexicografía es práctica, consiste en una serie de metodologías- aquí citaré solo una, las entrevistas. En la lexicología predomina la teorización, por ello de que ésta sea teórica.
  • La lexicografía es atomista, estudia la palabra de forma aislada. La lexicología se la concibe como sistemática, por que estudia las relaciones de palabras. Predomina más en esta el campo de la significación.
  • La lexicografía es analista, la lexicología es sintética, por que va de lo concreto a lo general.



[1] Todas las clasificaciones de palabras según su origen pertenecen al artículo: Lexicología y Semántica de María Piñero Medina.
[2] Todos los procedimientos de formación de palabras en castellano pertenecen al artículo: Lexicología y Semántica de María Piñero Medina.



Referencias Bibliograficas
Textuales:
De miguel, E. (2009). Panorama de la Lexicología. Barcelona: Ariel.

ANGLADA, E. (1991): Lexicografía, rnetalexicografia, diccionario, discurso. España, Barcelona: editorial Universidad de Barcelona.

Electrónicas:
Piñero Medina, M. (2009). Lexicología y semántica. En Recursos Salones Virtuales. Recuperado de: http://recursos.salonesvirtuales.com/assets/bloques/LEXICOLOG%C3%8DA-Y SEM%C3%81NTICA.pdf.

Díaz Hormigo, M. T. (2010). Puntos de contacto entre morfología, lexicología, semántica. Revista de Filología, 28, 165 – 179. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3284435.pdf

Concepto Definición. (2014) ¿Qué es Lexicografía?  Su Definición, Concepto y Significado. (En línea). Disponible en: conceptodefinicion.de/lexicografia/.  Recuperado el 19 de marzo, 2018

López, M. (2016). ¿Quién creó el primer diccionario en español? (En línea). Disponible en: larepublica.pe/politica/955351-quien-creo-el-primer-diccionario-en-espanolmilton-lopez. Recuperado el 19 de marzo, 2018

EcuRed (S. F.) Lexicografía. (En línea).  Disponible en: https://www.ecured.cu/Lexicografía. Recuperado el 7 de abril 2018.  

Universidad de Costa Rica (S. F.) La lexicografía. (En línea). Disponible en: http://inil.ucr.ac.cr/programas/lexicografia/que-es-la-lexicografia/ . Recuperado el  7 de abril 2018.

Biografías y vida (S. F.) Elio Antonio de Nebrija. (En línea). Disponible en: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/n/nebrija.htm. Recuperado el 8 de abril 2018.



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