Literatura grecolatina

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Departamento de letras – Jornada nocturna.
L4.02 Literatura europea (española) del Renacimiento.
Dr. Mario René Dardón.
PEM en Lengua y Literatura.
Josué David Galicia Ardón, Carné: 2017 05683
José Ramiro Roldán Rodas, Carné: 201315637




Literatura Grecolatina



Historia de la literatura griega

Hacia el siglo XII a.C., los aqueos, un pueblo proveniente del Asia Menor, invadieron Creta.  Allí existió un grado de desarrollo cultural más avanzado que el de los invasores.  Pero los aqueos, se caracterizaron por el saqueo de ciudades y la piratería, no dieron mayor importancia al modelo de civilización de los cretenses.  Constituyeron una aristocracia guerrera y el valor de la astucia fueron las condiciones estimadas porque conducían a la fama, entendida como vencer el tiempo y a la muerte.  Este pueblo libró una guerra contra la ciudad de Troya hacia los años 1250-1225 a.C.

En este entonces, la poesía celebró a los héroes. Anteriormente hubo un estado relacionado con la religión; en cambio, en época de los guerreros, la poesía dejó de ser cantada por toda la comunidad en las ceremonias religiosas, sino por un solo individuo ante los protagonistas de las hazañas.  Al principio, quizás el cantor fue uno de los guerreros, después fueron los poetas y cantores cortesanos: los bardos, considerados “iguales” respetando a los nobles.

Los aqueos fueron expulsados por los dorios, que concibieron la vida ligada al campo y no a la guerra.  Sin embargo, las poesías heroicas continuaron recitándose por los aedos. Con el tiempo y el aporte de cada poeta, se transformaron y de ellas, aproximadamente en el siglo VII a.C., surgieron dos epopeyas atribuidas a Homero: La Ilíada y la Odisea.  Los nobles ya no fueron osados aventureros, pero les gustó reconocerse en ese pasado, a través de los héroes homéricos y de los mitos construidos oralmente durante siglos.

Cuando creció el poder de algunos comerciantes enriquecidos, los nobles lograron poner la poesía al servicio de su clase, que vio amenazada su hegemonía.  De esta manera, la función social de la poesía fue didáctica: advirtió contra el afán de enriquecimiento y exaltó los valores de la nobleza.




La literatura griega clásica.

En la cultura griega, especialmente en Atenas, siempre hubo un fuerte vínculo entre los artistas e intelectuales con la nobleza.  En general, los artistas exaltaron valores considerados nobles, tales como la belleza, la armonía y las virtudes de los héroes míticos.

Tal idealismo impregnó casi todas las manifestaciones artísticas griegas.  En la escultura, por ejemplo, se valoró la armonía de la forma como criterio de belleza.  En la poesía se cantaba, como lo hizo Píndaro, a las cualidades atléticas, respetadas profundamente por los nobles. En el teatro, los temas casi siempre se referían a héroes nobles, cuya dignidad se consideró como un modelo.  Los primeros poemas griegos tuvieron como tema los mitos heroicos y se cantaban en las celebraciones de carácter civil y religioso.


Características: la mitología.
Los antiguos griegos explicaron el mundo a través de relatos orales que se transmitieron de generación en generación.  Los personajes principales fueron dioses, semidioses y héroes. Los mitos relataban conflictos surgidos entre ellos. La mitología griega fue material de la literatura antigua.  También en la literatura y en el arte posteriores se refieren a los mitos, se transforman y adquieren otras funciones y sentidos

Los mitos no ubican una acción en un tiempo ni en un ámbito que pretendan instalarse en el pasado histórico ni en el mundo real.  Se trata de otro tiempo y de otro espacio: un espacio y un tiempo distintos, “míticos”, “rituales”, de eterno presente, paralelos al mundo de la historia.

Temas.

Los temas tratados en la literatura griega clásica, fueron, casi en su totalidad, hechos míticos como el origen del hombre y del cosmos; la relación entre los dioses y los hombres, entre el Olimpo y la tierra, el origen de las virtudes y de las malas acciones, el origen del fuego, etc.

Principales géneros literarios.
En la antigua Grecia nació el género épico, lírico y dramático.  Hegel, filósofo idealista alemán, en la última parte de su Estética, realizó algunas consideraciones generales sobre la esencia y la evolución histórica de la poesía.  Señaló que la épica surgió en el proceso de constitución de un estado político. 

La lírica, en cambio, se constituyó como la expresión de la subjetividad: del sujeto independizado del mundo exterior, no como sujeto colectivo a partir de una idea de patria.  Hegel la ubicó en una etapa posterior a la confirmación del Estado, en la que es posible la afirmación del sujeto. 

Por último, consideró que la dramática cobra importancia cuando la vida política estuvo consolidada. El conflicto adquirió significación dramática en relación con la pasión subjetiva. El encuentro de individuos con fines opuestos constituyó el conflicto y el texto dramático se concibió en función de su representación teatral. 

En su Poética, Aristóteles, discípulo de Platón, sostuvo que el denominador común de las artes es la Mímesis (imitación), que no es copia de la realidad sino creación de otro mundo verosímil (creíble) en sí mismo.  Ditirambo, drama y épica son imitaciones: sus diferencias radican en qué y cómo imitan. Así, Aristóteles diferenció tragedia de comedia, ya que la primera retrata a “los hombres buenos”, y la segunda a “los peores”.

El teatro.
El teatro surgió del culto religioso a Dionisio, dios del vino (Baco, para los romanos).  En honor a este dios, un coro de campesinos solía cantar bajo la piel de animales un himno llamado ditirambo, acompañados de música y danza.  El corifeo, director del coro, hacía comentarios de lo que se cantaba.  Después se agregó otro personaje cuya función fue dialogar con el corifeo. Se supone que estos ritos evolucionaron hasta definirse como espectáculo teatral. 

El teatro implicó un lenguaje propio, un sistema complejo de códigos al servicio de la representación escénica.  El texto se constituyó como una manifestación de uno de esos códigos, y no siempre el más importante.

La tragedia.
Aristóteles expresó en su Poética que la tragedia es la imitación de una acción de carácter elevado y completa, dotada de cierta extensión, en lenguaje agradable, llena de belleza (...), imitación que ha sido hecha o lo es por personajes en acción y no por medio de una narración, la cual, moviendo a compasión o temor, obra en el espectador la purificación propia de estos estados emotivos. 

Este efecto de “purificación” en el espectador se conoce con el nombre de catarsis y ese es el fin, la intencionalidad de la tragedia clásica.  El teatro clásico griego fue un teatro cívico, estuvo al servicio de intereses definidos por la ciudad.  Por esto, fue un teatro que ejerció una fuerte intención didáctica.  El terror despertado por la tragedia debía enseñar a los ciudadanos las consecuencias fatales de actuar incesantemente, sin razón, sin equilibrio, o queriendo resolver conflictos de la ciudad sin atender los consejos de los otros.  


Exponentes

Homero.
El poeta más admirado de la antigüedad, fue además maestro y educador de los griegos, pues les transmitió, envueltas en la más elevada poesía, enseñanzas variadas y sutiles. Nació y vivió en el siglo VIII a.C. Es el autor de los poemas épicos La Ilíada y La Odisea.

Esquilo.
(Eleusis, 525-456 a.C.) De las numerosas piezas teatrales que se atribuyen a Esquilo se han conservado siete.  De ellas las más importantes son: La Orestíada, trilogía integrada por Agamenón, Las Coéforas y Las Euménides, que desarrolló el terrible destino de los Atridas; Los Persas, que ponen en escena el hecho histórico de la batalla de Salamina, en la que había participado el propio poeta; Prometeo encadenado, grandioso mito del titán que robó el fuego divino para entregárselo a los hombres.

Sófocles.
(Colono Hípico, 496-406 a.C.) Este autor elevó la tragedia a su perfección. Dos de las siete tragedias que se conservan, Antígona y Edipo Rey, figuran entre las creaciones supremas del teatro universal. 

Eurípides.
(Salamina, 480-406 a. C.) Más joven que Sófocles pero muerto el mismo año que él, no tuvo tantos éxitos en vida como sus predecesores, pero su resonancia fue muy grande en la época helenística, en la romana, y aun después, hasta los tiempos modernos.  Sus principales obras son: Alcestes, Hipólito, Andrómaca, Hécuba, Electra, Las troyanas, Hércules furioso, Orestes, Ifigenia en Áulide.

Safo de Lesbos.
(Mitilene, 650-580 a.C.) Fue una poetisa griega. Sus poemas eran sobre el amor, la sensibilidad y la delicadeza propias del mundo femenino.  Fue sobresaliente de la poesía lírica griega.



Historia de la literatura latina

Se dice que Grecia es la cuna de la civilización occidental, esto debido a que es de su cultura de donde muchas otras tomaron influencias, especialmente la cultura latina; los romanos, que se interesaron por la cultura griega y sus artes, como la literatura, escultura, mitología y filosofía, llegaron al punto de viajar a Grecia para instruirse en las muchas escuelas existentes, y precisamente fue el pueblo romano el que llegó a constituirse como el imperio que ocupó gran parte del territorio que hoy se conoce como Europa. Roma impuso su cultura en cada pueblo que derrotó, proclamaron su idioma como lengua oficial e hicieron que los pueblos dominados se acoplaran a su cultura, esto influyó para que la cultura y las artes helénicas llegaran a ser conocidas en todo occidente.




Es en el siglo III a. C. cuando Roma y las naciones griegas entraron en conflictos que desembocaron en la guerra. Entre el siglo III y el I a. C. se llevaron a cabo las tres guerras conocidas como las guerras macedónicas, en cuyo desenlace los romanos terminaron venciendo a los helenos y ocupando sus tierras, suprimiendo así todas las repúblicas griegas y formando la provincia romana de Macedonia. Una factor decisivo para la victoria romana fue las disputas internas entre las naciones griegas; esta desestabilización se debió en parte a la muerte del emperador Alejandro Magno en el año 323 a. C. 

La literatura latina nació directamente de la literatura griega, tomando como referentes a sus exponentes y sus obras célebres adaptándolas al estilo de vida y forma de pensar del latino. De esta manera, se cumplió a cabalidad lo dicho por el poeta latino Horacio: Graecia capta ferum victorem cepit et artes intulit in agresti Latio (la Grecia conquistada conquistó a su fiero  conquistador e introdujo las artes en el agreste Lacio).


Características.
Gran parte de las obras latinas se basaron en la imitación de la literatura griega, hecho que ellos mismos reconocieron sin mayor inconveniente, llegando incluso a afirmar la superioridad de los griegos en materia literaria. Esto se percibió en la mitología de ambos, pues los latinos poseyeron un panteón idéntico al griego: Júpiter, el padre de los dioses latinos era el equivalente de Zeus, lo mismo Marte con Ares ambos dioses de la guerra, Venus con Afrodita diosas de la belleza y la fertilidad, Neptuno con Poseidón, los dioses de los mares y así sucesivamente. Otra prueba de imitación está en la Eneida, la epopeya nacional de los romanos, la cual se inspiró en las composiciones épicas de Homero, la Iliada y la Odisea. 

Un punto a resaltar es que dicha imitación se dio principalmente en la lírica, mientras que la prosa se desarrolló de forma independiente, destacando en la oratoria. Para analizar y estudiar mejor la literatura latina, esta puede dividirse en tres periodos: Formación, edad de oro y decadencia. 

Formación.
Se dio aproximadamente entre el 240 y el 70 a. C., en esta primera etapa Roma extiendió sus dominios hasta el Mediterráneo, conquistando toda Italia, Macedonia, Cartago y Grecia. Aquí es cuando surgió su atracción por la cultura griega. En esta etapa aparecieron figuras como Plauto (254-184 a. C.), el cómico latino más reconocido. Es en este periodo donde nació la sátira, atribuida al poeta Cayo Lucilio (180-102 a. C.), quien ridiculizó a los poetas, filósofos, retóricos e incluso a los mismos dioses. Como ya se ha mencionó, la prosa latina se distingue por tener más originalidad, el género que surgió de inmediato fue la oratoria, esto debido a que los latinos gustaban de pasar tiempo en la plaza pública en debates y otras discusiones sobre distintos asuntos políticos.

Edad de oro.
La época de oro de la literatura latina comprendió desde el 70 a. C. hasta el 14 d. C.. En esta época la literatura latina se perfeccionó, llegando a su punto más alto en la mayoría de géneros literarios. Surgieron personajes importantes como Virgilio, quien escribió la epopeya nacional de Roma, los poetas Horacio y Ovidio, Marco Tulio Cicerón en la retórica y Julio César con sus obras históricas.

Decadencia.
Este periodo abarcó desde la muerte de César Augusto en el año 14 d. C. hasta la caída del imperio romano. Tras la muerte de Augusto, el interés por las artes se fue mermando y dejó de ponerle atención a la literatura griega para volcarse a los clásicos latinos. La corrupción y forma opresora de gonerar de los Césares influyó directamente en que el pueblo perdiera interés por el arte

Los latinos manejaron los mismos géneros literarios que los griegos, pero adaptándolas al contexto que se vivía en Roma. El género que puede decirse propio de Roma es la sátira.


Algunos exponentes.


Virgilio.
Publio Virgilio Marón (70-19 a. C) fue conocido como El príncipe de los poetas latinos. Hijo de campesinos quienes lo enviaron a estudiar a Milán y a Roma, fruto de su gusto por la vida del campo escribe Las Bucólicas, que es un conjunto de poesías que retrató la vida pastoril y Las Geórgicas, que trata sobre la vida en el campo. El emperador Augusto le encargó a Virgilio escribir la epopeya nacional de los romanos, La Eneida, en la cual Virgilio expresa su amor por Roma y le da un origen divino al emperador Augusto. Claramente esta epopeya se inspira en las epopeyas de Homero.


Plauto.

Tito Maccio Plauto (254-184 a. C.), no se conoce mucho de su vida. Fue un escritor de comedias muy reconocido que tomaba influencia directa del teatro griego. Sus obras son una imitación de las historias griegas, tomando a los personajes y los argumentos, pero poniéndolos en un nuevo contexto, con las costumbres y estilo de vida del pueblo latino. Gracias a las obras de Plauto se puede conocer un poco sobre las costumbres de esa época.



Cicerón.

Marco Tulio Cicerón (106-43 a. C.) fue un filósofo, crítico, historiador, orador y político, es importante mencionar que resaltó en todas las ramas mencionadas. Estudió filosofía en distintas escuelas en Grecia y en Asia menor y todo el conocimiento adquirido lo puso a disposición del pueblo. Entre sus discursos políticos destacan Las Catilinarias, escritas contra el político Lucio Sergio Catilina y Filípicas, escritas contra Marco Antonio.



Julio César.

Cayo Julio César (100-44 a. C.), un reconocido militar y político supo combinar ambos oficios con las letras, su obras es netamente histórica, sus obras Comentarios sobre la guerra de las Galias  y Los comentarios sobre la guerra civil, son documentos de gran valor, escritos en un latín claro y fluido. También incursionó en la oratoria, llegando a ser elogiado por Cicerón.



Horacio.

Quinto Horacio Flaco (65-8 a. C.) escribió poesía lírica, odas, epístolas y sátiras. Fue amigo de Virgilio y es considerado uno de los mejor poetas latinos junto con él. Su obra más conocida son sus Odas, que son cuatro libros con ciento tres composiciones escritas  de una manera extraordinaria, alcanzando la cúspide de la lírica latina. En sus sátiras describe escenas de su propia vida y de la sociedad que lo rodea, burlándose de otros escritores de su tiempo.




Referencias bibliográficas


Bowra, C. M. (1948) Historia de la literatura griega (Reyes, A. trad). México: FCE (Obra original publicada en 1933)

Aguirre Rodríguez, R. (2004) Contextos de lenguaje 11: Edición alumno. Bogotá: Editorial Santillana.

López Pérez, J. A. (2015) Historia de la literatura griega. España: Ediciones Cátedra.

Chavez Calderón, P. y Osegueda, E. L. (2006) Literatura universal. México: Publicaciones Cultural.

Toledo de Solórzano, M. I. (2009) Literatura universal. Guatemala: Editorial Oscar de León Palacios.




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